El valor de educar, Fernando Savater

Editorial Ariel Barcelona 2004

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Indice
A guisa de prólogo. Carta a la maestra.

1.- El aprendizaje humano.
2.- Los contenidos de la enseñanza.
3.- El eclipse de la familia.
4.- La disciplina de la libertad.
5.- Hacia una humanidad sin humanidades?
6.- Educar es universalizar.

A guisa de epílogo. Carta a la ministra.

Alguna biografía citada o comentada

Apéndice. Pensadores ante la educación.


principal incio

CAPITULO 1

El aprendizaje humano


pag. 26

cita a Jerome Bruner: "Si no hay atribución de ignorancia, tampoco habrá esfuerzo por enseñar"
Es decir que para rentabilizar de modo pedagógicamente estimulante lo que uno sabe hay que comprender también que otro no lo sabe... y que consideramos deseable que lo sepa.

`

pag. 27

Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, enseñando a los recién llegados al grupo cuanto deben conocer para hacerse socialmente válidos.

Enseñar es siempre enseñar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no uede ser maestro, por mucho que sepa.

La primera titulación requerida para poder enseñar, formal o informalmente y en cualquier tipo de socieda, es haber vivido: la veteranía siempre es un grado.

pag. 29

El hombre llega a serlo a través del aprendizaje.

...lo propio del hombre no es tanto el mero aprender como el aprender de otros hombres, ser enseñado por ellos.

pag. 31

... el hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestro semejantes es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos concretos que así se perpetúan o transmiten.

pag. 32

Puede aprenderse mucho sobre lo que nos rodea sin que nadie nos lo enseñe ni directa ni indirectamente (adquirimos gran partre de nuestro conocimientos más funcionales así), pero en cambio la llave para entrar en el jardín simbólico de los significados siempre tenemos que pedírsela a nuestros semejantes.

La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y este momento reflexivo -el que con mayor nitidez marca nuestro salto evolutivo respecto a otras especies- exige constatar nuestra pertencia a una comunidad de criaturas pensantes.

pag. 33

cita a Kant: "hay que hacer notar que el hombre sólo es educado por hombres que a su vez fueron educados"

La principal asignatura que se enseñan los hombres unos a otros es en qué consiste ser hombre, y esa materia, por mucho que sean sus restantes deficiencias, la conocen mejor los humanos mismos que los seres sobrenaturales o los habitantes hipotéticos de las estreLallas.

pag. 34

La realidad de nuestros semejantes implica que todos protagonizamos el mismo cuento: ellos cuentan para nosotros, nos cuentan cosas y con su escucha hacen significativo el cuento que nosotros también vamos contando... Nadie es sujeto de la soledad y el aislamiento, sino que siempre se es sujeto entre sujetos: el sentido de la vida humana no es monólogo sino que proviene del intercambio de sentidos, de la polifonía coral. Antes que nada, la educación es la revelación de los demés, de la condición humana como un concierto de complicidades irremediables.

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CAPITULO 2

Los contenidos de la enseñanza


pag. 37

Para ser hombre no basta con nacer, sino que hay también que aprender.

pag. 38

Lo primero que la educación transmite a cada uno de los seres pensantes es que no somos únicos, que nuestra condición implica el intercamio significativo con otros parientes simbólicos que confirman y posibilitan nuestra condición. Lo segundo, ciertamente no menos relevante, es que no somos los iniciadores de nuestro lijane, que aparecemos en un mundo donde ya está vigente la huella humana de mil modos y existe una tradición de técnicas, mitos y ritos de la que vamos a formar parte y en la que vamos también a formarnos. Para el ser humao, éstos son los dos descubrimientos originarios que le abren a su vida propia: la sociedad y el tiempo.

El tiempo es nuestro invento más característico, más determinante y también más intimidatorio: que todos los dodelos simbólicos según los cuales organizan su vida los hombres en cualquier cultura sean indefectiblemente temporales, que no haya comunidad que no sepa del pasado y que no se proyecte hacia el futuro es quizá el rasgo menos animalesco que hay en nosotros.

pag. 39

Por la vía de la educación no nacemos al mundo sino al tiempo: nos hemos cargado de símbolos y famas pretéritas, de amenazas y esperanzas venideras siempre populosas, entre las que se escurrirá apenas el agobiado presente personal.

Quien no tiene tiempo tampoco puede tener presente.

pag. 48

Dejemos de lado por el momento la dicotomía falsa entre educación e instrucción. ... La enseñanza nos adiestra en ciertas capacidades que podemos denominar 'cerradas', algunas estrictamente funcionales -como andar, vestirse o lavarse- y otras más sofisticadas, como leer, escribir, realizar cálculos matemáticos o manejar una computadora.

Las capacidades 'abiertas', en cambio, son de dominio gradual y en cierto modo infinito. Alfunas son elementales y universales, como hablar o razonar, y otras sin duda son optiativas, como escribir poesía, pintar o componer música. ... Pero su característica es que nunca pueden ser dominadas en forma perfecta, que su pleno dominio jamás se alcanza, que cada individuo desarrolla interminablemente su conocimiento de ellas sin que nunca pueda decirse que ya no puede ir de modo relevante más allá. ... el ejercicio repetido y rutinario de las capacidades cerradas las hace más fáciles, más seguras, disuelve o resuelve los problemas que al comienzo planteaban al neófito; en cambio, cuanto más se avanza en las capacidades abiertas más opciones divergentes se ofrecen y surgen problemas de mayor alcance. El éxito del aprendizaje de capacidades cerradas es ejercerlas olvidando que las sabemos; en las capacidades abiertas, implica ser cada vez más conscientes de lo que aún nos queda por aprender.

pag. 49

Pues bien, sin duda la propia habilidad de aprender es una muy distinguida capacidad abierta, la más necesaria y humana quizá de todas ellas. Y en cualquier plan de enseñanza bien diseñado ha de considerar prioritario este saber que nunca acaba y que posibilita todos los demás, cerrados o abiertos, sean los inmediatamente úutiles a corto plazo o sean los buscadores de una excelencia que nunca se da por satisfecha.

pag. 50

La capacidad de aprender está hecha de muchas preguntas y de algunas respuestas; de búsquedas personales y no de hallazgos institucionalmente decretados; de crítica y puesta en cuestión en lugar de obediencia satisfecha con lo comúnmente establecido. En una palabra, de actividad permanente del alumno y nunca de aceptación pasiva de los conocimientos ya deglutidos por el maestro que éste deposita en la cabeza obsecuente. De modo que, como ya tantas veces se ha dicho, lo importante es enseñar a aprender.

cita a Jaime Balmes: "el arte de enseñar a aprender consiste en formar fábricas y no almacenes"

cita a Ambroce Bierce: "la erudición es el polvo que cae de las estanterías en los cerebros vacíos".

pag. 51

cita a Juan Delval: "una persona capaz de pensar, de tomar decisiones, de buscar la información relevante que necesita, de relacioarse positivamente con los demás y de cooperar con ellos, es mucho más polivalente y tiene más posibilidades de adaptación que el que sólo posee una formación específica".

cita a Juan Carlos Tedesco: "La capacidad de abstracción, la creatividad, la capacidad de pensar de formar sistémica y de comprender problemas complejos, la capacidad de asociarse, de negociar, de concretar y de emprender proyectos colectivos son capacidades que pueden ejercerse en la vida política, en la vida cultural y en la actividad en general.

pag. 52

cita a Bertrand Russell: "ha sido costumbre de la educación favorecer al Estado propio, a la propia religión, al sexo masculino y a los ricos".

cita a Michel Foucault: "ha mostrado los engranajes según los cuales todo saber y también su transmisión establecida mantienen una vinculación con el poder o, mejor, con los difundidos poderes varios que actúan normalizadora y disciplinarmente en el campo social".

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CAPITULO 3

El eclipse de la familia


pag. 56

En la familia las cosas se aprenden de un modo bastante distinto a como luego tiene lugar el aprendizaje escolar: el clima familiar está recalentado de afectividad, apenas existen varreras distanciadoras entre los parientes que conviven juntos y la enseñanza se apoya más en el contagio y en la seducción que en lecciones objetivamente estructuradas.

pag. 57

cita a Goethe: "da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor, cuando existe, nos hace invulnerables.

pag. 58

La educación familiar funciona por vía del ejemplo, no por sesiones discursivar de trabajo, y está apoyada por gestos, humores compartidos, hábitos del corazón, chantajes afectivos junto a la recompensa de caricias y castigos distintos para cada cual, cortados a la medida (o que configuran la medida que nos va a ser ya siempre propia.

La familia brinda un menú lectivo con mínima o nula elección de platos pero con un gran condimento afectivo de los que se ofrecen. Por eso lo que se aprende en la familia tiene una indeleble fuerza persuasiva, que en los casos favorables sirve para el acrisolamiento de principios moralmente estable que resistirán luego las tempestades de la vida, pero en los desfavorables hace arraigar prejuicios que más tarde serán casi imposibles de extirpar.

Principios y prejuicios van mezclados de tal modo que ni siquiera al interesado, muchos años más tarde, le resulta sencillo discernir los unos de los otros...

pag. 59

Cada vez con mayor frecuencia, los padres y otros familiares a cargo de los niños sienten desánimo o desconcierto ante la tarea de formar las pautas mínimas de su conciencia social y las abandonan a los maestros, mostrando luego tanta mayor irritación ante los fallos de éstos cuanto que no dejan de sentirse oscuramente culpables por la obligación que rehuyen.

pag. 60

La principal consecuencia de estas transformaciones es que los hogares modernos de los paises desarrollados cada vez hay menos mujeres, ancianos y criados, que antes eran los miembros de la familia que más tiempo pasaban en casa junto a los niños.

cita a Cioran: "quien no muere joven, merece morir". El espíritu del tiempo asegura hoy que quien no es joven ya está muerto.

pag. 63

Y desde luego las instituciones públicas de la comunidad sufren de una peligrosa sobrecarga. Cuanto menos padres quieren ser los padres, más paternalista se exige que sea el estado.

Los padres reconociendo que ellos no podían ser guardianes de sus hijos, exigían de papá estado que cerrase esos establecimientos tendores o al menos controlara policialmente con mayor rigor a quienes utilizan vehiculos de motor para ir de unos a otros.

pag. 64

En su esencia, la autoridad no consiste en mandar: etimológicamente la palabra proviene de un verbo latino que significa algo así como "ayudar a crecer".

...el principio de realidad implica la capacidad de restringir las propias apetencias en vista de las de los demás, y aplazar o templar la satisfacción de algunos placeres inmediatos en vistas al cumplimiento de objetivos recomendables a largo plazo.

Los niños -esta obvidead es frecuentemente olvidada- son educados para ser adultos, no para seguir siendo niños. Son educados para que crezcan mejor, no para que no crezcan... puesto que de todos modos, bien o mal, van a crecer irremediablemente.

Si los padres no ayudan a los hijos con su autoridad amorosa a crecer y prepararse para ser adultos, serán las instituciones públicas las que se vean obligadas a imponerles el prinicipi de realidad, no con afecto sino por la fuerza.

pag. 65

Lo más desagradable del principio de realidad es que tiene su origen en el miedo.

El miedo no es sino la primera reacción que produce contemplar de frente el rostro de nuestra finitud.

El miedo a la muerte (es decir, de cualquier miedo, pues todos los miedos son metáforas de nuestro miedo primordial) provendrá el respeto por la realidad y en especial el respeto por los semejantes, colegas y complices de nuestra finitud.

pag. 69

Las dos principales fuentes de información eran por un lado los libros, que exigían un largo aprendizaje para ser descifrados y comprendidos, y por otro las lecciones orales de padres y maestros, dosificadas sabiamente. Los modelos de conduca y de interpretación del mundo que se ofrecían al niño no podían ser elegidos voluntariamente ni rechazados, porque carecían de de alternativa. Sólo llegados a cierta madurez y curados de la infancia iban los neófitos enterándose de que existían más cosas en el cielo y en la Tierra de las que hasta entonces se les había permitido conocer.

pag. 70

El niño crecía en una oscuridad acogedora, levemente intrigado por esos temas sobre los que aún no se le respondía del todo, admirando con envidia la sabiduría de los mayores y deseoso de crecer para llegar a ser digno de compartirla. Pero la televisió rompe esos tabúes y con generoso embarullamiento lo cuenta todo: deja todos los misterios con el culo al aire y la mayoría de las veces de la forma más literal posible.

pag. 71

NO hay nada tan educativamente subversivo como un televisor: lejos de sumir a los niños en la ignorancia, como creen ingenuos, les hace aprenderlo todo desde el principio sin respeto a los trámites pedagógicos...!Ay, si por lo menos los padres estuvieran junto a ellos para acompañarles y comentar ese impúdico bombardeo informativo que tanto acelera su instrucción!

pag. 73

Pero ahora los niños llegan ya hartos de mil noticias y visiones variopintas que no les ha costado nada adquirir... !que han recibido sin querer!

En demasiadas ocasiones, los padres no educan para ayudar a crecer al hijo sino para satisfacerse modelándolo a la imagen y semejanza de lo que ellos quisieran haber sido, comensando así carencias y frustraciones propias.

pag. 76

A lo largo de la historia los moralistas han concentrado unánimemente su mensaje en tres virtudes esenciales de las que se deducen con más o menos facilidad todas las demás: el coraje para vivir frente a la muerte, la generosidad para convivir con los semejantes, y la prudencia para sobrevivir entre las necesidades que no podemos abolir.

pag. 77

La ética se distingue de la religión en su objetivo (la primera quiere una vide mejor y la segunda algo mejor que la vida) y en su método (la primera se basa en la razón y la experiencia, la segunda en la revelación). Pero es que además la ética es cosa de todos, mientras que la religión es cuesti de unos cuantos, por muchos que sean: las personas religiosas también tienen intereses éticos, mientras que no todo lo que se interesa por la ética ha de tener intereses religiosos. Lejos de ser una alternativa, la ética y la religión sirven ara ejemplificar ante los estudiantes la diferencia entre aquellos prinicpios racionales que todos podemos comprender y compartir (sin dejar de discutirlos críticamente) frente a las doctrinas muy respetables pero cuyo misterio indemostrable sólo unos cuantos aceptan como válido.

pag. 81

Viendo la televisión, los niños pueden llegar a suponer que las relaciones sexuales o son más que una especie de maratón donde sólo importa que cada cual obtenga lo suyo del modo más copioso y fácil posible, sin miramientos ni responsabilidad hacial el otro;

pag. 86

Se dice beatamente: hay que enseñar que la violencia nunca debe ser respondida con la violencia. Rotundamente falso y nada se gana enseñando falsedades. Por el contrario, hay que explicar que la violencia siempre es respondida antes o después por la violencia como único medio de atarjarla y que es precisamente esa cadena cruel de estímulo y respuesta la que la hace temible e impousa a tratar de evitarla en lo posible.

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CAPITULO 4

La disciplina de la libertad


pag. 93

Cita a Hegel: "ser libre no es nada, devenir libre lo es todo".

No partimos de la libertad, llegamos a ella. Ser libre es liberarse: de la ignorancia prístina, del exclusivo determinismo genético moldeado según nuestro entorno natural y/o social, de apetitos e impulsos instintivos que la convivencia enseña a controlar.

Sólo los humanos podemos (relativamente, desde luego) adaptar el entorno de nuestras necesidades en lugar de resignarnos sencillamente a él, compensar con apoyo social nuestras deficiencias zoológicas y romper las fatalidades hereditarias a favor de elecciones propias, dentro de lo posible pero a menudo contra lo rutinariamente probable. La libertad no es la ausencia original de condicionamientos (cuanto más pequeños somos, más esclavizados estamos por aquello sin lo que no podríamos sobrevivir) sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje que nos aclimata a innovaciones y elecciones sólo posibles dentro de la comunidad.

pag. 94

El neófito comienza a estudiar en cierta medida a la fuerza. ?Por qué? Porque se le pide un esfuerzo y los niños no se esfuerzan voluntariamente más que en lo que les divierte. La recompensa que conforma el aprendizaje es diferida y además el niño sólo la conoce de oidas, sin comprender muy bien de que se trata.

El niño no sabe que ignora, es decir, no echa en falta los conocimientos que no tiene.

pag. 95

Cita a Kant: "uno de los primeros y nada desdeñables logros de la escuela es enseñar a los niños a permanecer sentados, cosa que en efecto casi nunca hacen mucho tiempo por decisión propia, salvo cuando se les narra un bonito cuento."

pag. 96

La autonomía, las virtudes sociales, la disciplina intelectual, todo aquello que constituirá ese "él mismo" del hombre maduro aún no se encuentra en el estudiante sino que deben serle propuestos -en cierto modo impuestos- como modelos exteriores.

pag. 97

Una cierta mitología pedagógica ha creado la fábula del "niño creador" al que las constricciones de la pedagogía mutilan y encadenan. Que al niño hay que dejarle que desarrolle su genialidad innata sin otra medida educativa que seguirle discretamente la corriente... más o menos lo mismo que si estuviese loco. Lo contrario -dicen- supone sacrificar su creatividad a las rutines opresivas y mediocres de la sociedad en que vivimos.

pag. 99

Según cuenta, Dios fue capaz de crear el mundo de la nada, pero el resultado de tanta improvización no recomienda precisamente el procedimiento.

?Es preciso recordar que no es posible ningún proceso educativo sin algo de disciplina?.

La propia etimología latina de la palabra (que proviene de discipulina compuesto a su ves de discis, enseñar, y la voz que nombra a los niños, pueripuella) vincula directamente a la disciplina con la enseñanza: se trata de la exigencia que obliga al neófito a mantenerse atento al saber que se le propone y a cumplir los ejercicios que requiere el aprendizaje.

pag. 106

La palabra autoridad provienen etimológicamente del verbo latino augeo, que significa, entre otras cosas, hacer crecer.

El aprendizaje del autocontrol se inicia con las órdenes e indicaciones de la madre, que el niño interioriza más tarde en una estructura psíquica dual que le hace a la vez emisor y receptor de órdenes: es decir, que aprende a mandarse a sí mismo obedeciendo a otros. Los niños crecen en todas las latitudes como una hiedra contra la pared, ayudándose de adultos que les ofrecen juntamente apoyo y resistencia.

pag. 107

Y es disparate aplicar a rajatabla desde el parbulario el principio democrático de que todo debe decidirse entre iguales, porque los niños no son "iguales" a los maestros en lo que a los contenidos educativos compete. Precisamente para que lleguen más tarde a ser iguales en conocimientos y autonomía es para lo que se les educa.

...es un fraude convertirles (a los niños) en una minoría oprimida por el autoritarismo docente de los adultos, porque en ese momento de su vida no lo son, pero la mejor forma de que lo sean más tarde es "liberarles" a destiempo en lugar de colaborar en su formación.

pag. 108

Cita a Hannah Arendt: "La autoridad ha sido abolida por los adultos y ello sólo puede significar una cosa: que los adultos se rehusan a asumir la responsabilidad del mundo en el que han puesto a los niños"

pag. 109

Malcriados en la cultura del zapping, que fomenta el picoteo histérico entre programas, discos, etc., y les hacen incapaces de ver o escuchar nada de principio a fin, es difícil que aguanten una clase completa de algo que no les apasione sin tregua y, aún peor, les obligue a esforzarse un tanto.

pag. 110

Cuando los adultos responsables no ejercen su autoridad lo que reina no es la anarquía fraternal sino el despotismo de las cabecillas.

Para un maestro sensato la ocasional insolencia de sus alumnos es un síntoma positivo, aunque pueda resultar por momentos incómodo. Digo un maestro "sensato" y aclaro que entiendo la sensatez como la forma adecuada de reconciliar magisterio y autoridad. Esta reconciliación incluye lo más difícil: practicar una enseñanza que se haga respetar pero que incluya como una de sus lecciones necesarias el aprendizaje de la irreverencia y de la disidencia razonada (o burlona) como vía de madurez intelectual.

pag. 111

El profesor no sólo, ni quizá principalmente, enseña con sus meros conocimientos científicos, sino con el arte persuasivo de su ascendiente sobre quienes lo atienden: debe ser capaz de seducir sin hipnotizar.

Es el momento de recordar que la pedagogía tiene mucho más de arte que de ciencia, es decir que admite consejos y técnicas, pero que nunca se domina más que por ejercicio mismo de cada día, que tanto debe en los casos más afortunados a la intuición.

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CAPITULO 5

?Hacia una humanidad sin humanidades?


pag. 114

Los planes de enseñanza general tienden a reforzar los conocimientos científicos o técnicos a los que se supone una utilidad práctica inmediata, es decir una directa aplicación laboral .

pag. 118

Cita a Fnacois de Closets: "Poco importa en último extremo lo que se enseñe, con tal de que se despierte la curiosidad y el gusto por aprender. ?Cómo hacer entrar a los lobbies de las asignaturas en tal lógica? ?Cómo hacerles comprender que el objetivo a que se apunta es general y no especializado, que lo importante no es lo que se aprende sino la forma de aprenderlo, pues de nada sirve probar que, en abstracto, tal o cual ciencia es formadora si además no se prueba que la forma de enseñanza asegura bien ese desarrollo intelectual, lo cual depende tanto de la manera como de la materia? Y sin embargo, las disciplinas empiezan por razonarse en términos de horas, de coeficientes y de puestos".

pag. 119

Aquí está el secreto: la virtud humanista y formadora de las asignaturas que se enseñan no estriba en su contenido intrínseco, fuera del tiempo y del espacio, sino en la concreta manera de impartirlas, aquíy ahora. No es cuestión del qué, sino del cómo.

pag. 121

...yo creo que la principal causa de ineficiencia docente es la pedantería pedagógica. No se trata de un trastorno psicológico de unos cuantos, sino de la enfermedad laboral de la mayoría.

De modo que la pedantería, !ay!, es un vicio que nace de la vocación de enseñar, que la acompaña como una tentación o un eco maligno y que en casos graves puede llegar a esterilizarla por completo.

pag. 122

La pedantería exalta el conocimiento propio por encima de la necesidad docente de comunicarlo, prefiere los ademanes intimidatorios de la sabiduría a la humildad paciente y gradual que la transmite, se centra puntillosamente en las formalidades académicas -que en el mejor de los casos sólo son rutinas útiles para quien ya sabe- mientras menosprecia la estimulación cordial de los tanteos a veces desordenados de los neófitos.... El pedante no abre los ojos a casi nadie, pero se los salta a unos cuantos. Todo ello, por qué no, con buena intención y siempre con autocomplaciente suficiencia.

Un origen común del pedantismo es que gran parte de los profesores fueron alumnos demasiado buenos de la asignatua que ahora tienen que enseñar. Por eso no comprenden que haya estudiantes que no comparten espontáneamente la afición que a ellos les parece una obligación intelectual evidente por si misma: consideran que todo el mundo debería prestar a su disciplina la misma primacía que ellos le otorgan y los remisos les resultan algo así como adversarios personales.

pag. 123

Para despertar la curiosidad de los alumnos hay que estimularla con algún cebo bien jugoso, quizá anecdótico o aparentemente trivial; hay que ser capaz de ponerse en el lugar de los que están apasionados por cualquier cosa menos por la materia cuyo estudio va a iniciarse. Y esto nos lleva a la equivocación metodológica de la pedantería: empezar a explicar la ciencia por sus fundamentos teóricos en lugar de esbozar primero las inquietudes y tanteos que han llevado a establecerlos.

Lo primordial es abrir el apetito cognoscitivo del alumno, no agobiarlo ni impresionarlo. Si su voación le llama por ahí, ya tendrá tiempo de profundizar ese aprendizaje, enterarse de los descubrimientos más recientes y hasta descubrir por símismo.

pag. 124

El pedante se dirige a sus alumnos como si estuviese presentando una comunicación ante un congreso de sus más distinguidos y exigentes colegas, todos los cuales llevan años dedicados a la disciplina de sus desvelos. Pero como la mayoría de los jóvenes no demuestran el debido entusiasmo ni la comprensió requerida, se desespera y los maldice. He conocido profesores de bachillerato indignados por lo ignorantes que son sus alumnos, como si la obligación de sacarles de esa ignorancia no fuese suya. En el fondo, el problema del pedante es que no quiere enseñar a neófitos sino ser admirado por los sabios y probarse a sí mismo que vale tanto como el que más. La humildad del maestro, en cambio, consiste en renunciar a demostrar que uno ya está arriba y en esforzarse por ayudar a subir a los otros. Su deber es estimular a que los demás hagan hallazgos, no pavonearse de los que él ha realizado.

Pero ?puede hacer descubrimientos un párvulo? Naturalmente que sí: cuanto menos se sabe, más se puede descubrir si a uno alguien le enseña con arte y paciencia. No serán probablemente descubrimientos desde la perspectiva de la ciencia misma, sino desde el punto de vista de quien se está iniciando en ella. Pero son esos hallazgos personales de cosas que "ya todo mundo sabe", como comentan sarcásticamente entre los malos enseñantes, los que aficionan a los adolecentes a buscar, a inquerir y a seguir estudiando.

pag. 125

El profesor de bachillerato no puede nunca olvidar que su obligación es mostrar en cada asignatura un panorama general y un método de trabajo a personas que en su mayoría no volverán a interesarse profesionalmente por esos temas.

Cita a Juan Delval: "La memoria es un sistema muy activo de reelaboración de la experiencia pasada, siempre que lo recordado tenga algún significado. Recuerdo y comprensión son indisociables."

pag. 126

Por eso no hay que desdeñar el lenguaje llano, ni las referencias a lo popular, ni el humor sin el cual la inteligencia no es más que un estofado de imbecilidades elevadas.

No se puede pasar de la nada a lo sublime sin paradas intermedias; no debe exigirse que quien nunca ha leído empiece por Shakespeare...Antes de aprender a disfrutar con los mejores logros intelectuales hay que aprender a disfrutar intelectualmente.

cita a George Steiner: "Llevo 40 años preguntando a mis alumnos qué leen, qué autores vivos les gustan hasta el punto de leer incluso sus obras menores...Y si alguien me dice que colecciona Zane Grey, si lo vive apasionadamente, si lo colecciona y lo estudia, me digo !estupendo! He aquí un alma que seguro se salvará"

pag. 128

Sólo los semicultos, que tanto abundan en nuestras latitudes, ponen los ojos en blanco cuando oyen hablar de "filosofía"o de "literatura" y bufan cuando se les menciona las matemáticas o la física.

pag. 135

Richard Dawkins ofrece el ejemplo de la aviación como prueba intuitiva de que no todas las verdades las aceptamos como simples convicciones culturales del momento: si no concediéramos a sus principios más veracidad que la que solemos atribuir a los discursos de los políticos o a las prédicas de los curas, ninguno nos subiríamos jamás a un avión.

pag. 136

La búsqueda racional de la verdad, mejor dicho, de las verdades siempre fragmentarias y tentativas, provistas de un distinto rango de certeza según el campo a que se aplican, tropieza en la práctica pedagógica con dos obstáculos no pequeños e interrelacionados: la sacralización de las opinioes y la incapacidad de abstracción

...las opiniones se convierten en expresión irrebatible de la personalidad del sujeto: "esta es mi opinión", "eso será su opinión", como si lo relevante de ellas fuese a quién pertenecen en lugar en qué se fundan.

Este subjetivismo irracional cala muy pronto en los niños y adolecentes, que se acostumbran a suponer que todas las opiniones -es decir, la del maestro que sabe de lo que está hablando y la suya que parte de la ignorancia- valen igual y que es señal de personalidad autónoma no dar el brazo a torcer y ejemplo de tiranía tratar de convencer al otro de su error con argumentos e información adecuada.

pag. 137

Y aquí se echa en falta alarmantemente el hábito de abstracción de los neófitos, cuya ausencia también más tarde en estudiantes universitarios lamentamos con amargura los profesores de materias esencialmente teóricas. Consiste en una dificultad casi terminal para deducir de premisas, para despegarse de lo inmediato o de lo anecdótico, para no buscar tras de cada argumento la mala voluntad o el interés mezquino del argumentador sino la debilidad de lo argumentado. Hay quien culpa de esta deficiencia al predominio de lo audiovisual -que proporciona impresiones- sobre la letra y la palabra, que acostumbran a las razones.

Aprender a discutir, a refutar y a justificar lo que se piensa es parte irrenunciable de cualquier educación que aspire al título de "humanista".

pag. 138

...se trata de propiciar la disposición a participar lealmente en coloquios razonables y en buscar en común una verdad que no tenga dueño y que procure no hacer esclavos. Desde luego tal disposición debe encontrar su primer ejemplo en la propia actitud del maestro, firme en lo que sabe pero dispuesto a debatirlo e incluso modificarlo en el transcurso de cada clase con apoyo de sus pupilos. Debe ser una de sus principales tareas fomentar el espíritu crítico sin hacer concesiones al simple afán de llevar la contraria.

Hay profesores tan inconformistas que no se conforman con ser sólo profesores y quieren también ocupar el papel de jóvenes rebeldes, en lugar de dejarles por lo menos esa iniciativa a los alumnos.

pag. 139

Las verdaderas humanidades son las materias de estudio que conservan vivo el latido biográfico de quienes las exploraron, así como su deuda con nuestras necesidades vitales y nuestros sueños.

pag. 140

La memoria de los hombres pretéritos y la urgencia de la vida en el presente es lo que unifica significativamente la dispersión de temas académicos que conforman el curriculum. Que es precisamente eso, la carrera de la vida, el desafío que los humanos antes y ahora le lanzamos a lo irremediable.

pag. 141

Fomentar la lectura y la escritura es una tarea de la educación humanista que resulta más fácil de elogiar que de llevar eficazmente a la práctica...a veces se logra hacer aborrecer la lectura convirténdola en obligación, en lugar de contagiarla como un placer.

...hay que fomentar el gusto por la lectura más que su técnica. Los chicos sabrán leer, pero sólo si se les obliga.

pag. 142

vive la vida. Vívela en la calle
y en el silencio de tu biblioteca.
Vívela con los demás, que son las únicas
pistas que tienes para conocerte.
Vive la vida en esos barrios pobres
hechos para la droga o el desahucio
y en los grises palacios de los ricos.
Vive la vida con sus alegrías
incomprensibles, con sus descepciones
(casi siempre excesivas), con su vértigo.
Vívela en madrugadas infelices
y en mañanas gloriosas, a caballo
por ciudades en ruinas o por selvas
contaminadas o por paraísos,
sin mirar hacia atrás.
Vive la vida.


Luis Alberto de Cuenca
"Por fuertes y fronteras"


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CAPITULO 6

Educar es universalizar


pag. 145

Y es proceso de enseñanza nunca es una mera transmisión de conocimientos objetivos o de destrezas prácticas, sino que se acompaña de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad.

Cita a José Bergamín: "Si yo fuera un objeto, sería objetivo: como soy un sujeto, soy subjetivo"

pag. 146

La educación tiene como objetivo completar la humanidad del neófito, pero esa humanidad no puede realizarse en abstracto ni de moto totalmente genérico, ni tampoco consiste en el cultivo de un fermen idiosincrático latente en cada individuo, sino que trata más bien de acuñar una precisa orientación social: que cada comunidad considera preferible.

pag. 147

Entonces ?tiene que ser la enseñanza obligatoriamente conservadora, instructora por tanto para el conservadurismo, de modo que el fulgor revolucionario de los educandos sólo se encenderá por reacción contra lo que se les inculca y nunca como una de las posiles formas de comprenderlo adecuadamente? La respuesta a este complejo interrogante no puede ser un simpole "si" o "no", es decir desoladora en ambos casos.

La sociedad prepara a sus nuevos miembros del modo que le parece más conveniente para su conservación, no para su destrucción: quiere formar buenos socios, no enemigos ni singularidades antisociales. ...el grupo impone el aprendizaje como un mecanismo adaptador a los requerimientos de la colectividad.

pag. 148

En una palabra, la educación es ante todo transmisión de algo y sólo se transmite aquello que quien ha de transmitirlo considera digno de ser conservado.

Al transmitir algo apararentemente preciso inoculamos también en los neófitos el temblor impreciso que lo enfatiza y lo amplía: no sólo cómo entenderemos que es lo que es, sino también lo que creemos que significa y, aún más allá, lo que quisiéramos que significase.

pag. 148

Al entregar el mundo tal como pensamos que es a la generación futura les hacemos también partícipes de sus posibilidades, anheladas y temidas, que no se han cumplido todavía. Educamos para satisfacer una demanda que responde a un estereotipo -social, personal- pero en ese proceso de formación creamos una insatisfacción que nunca se conforma del todo... constatación estimulante, aunque desde el punto de vista conservador ello consituya un cierto escándalo.

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Quien pretende educar se convierte en cierto modo en responsable del mundo ante el neófito, como muy bien ha señalado Hannah Arendt: "si le repugna esta responsabilidad, más vale que se dedique a otra cosa y no estorbe.

Hacerse responsable del mundo no es aprobarlo tal como es, sino asumirlo conscientemente porque es y porque sólo a partir de lo que es puede ser enmendado. Para que haya futuro, alguien debe aceptar la tarea de reconocer el pasado como propio y ofrecerlo a quienes vienen tras de nosotros.

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Cita a Hanna Arendt: "Precisamente para preservar lo que es nuevo y revolucionario en cada niño debe ser la educaciónn conservadora; debe proteger esa novedad e introducirla como un fermento nuevo en un mundo ya viejo que, por revolucionarios que puedan ser sus actos, está, desde el punto de vista de la generación siguiente, superado y próximo a la ruina"

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Ningún maestro puede ser veraderamente neutral, es decir, escrupulosamente indiferente ante las diversas alternativas que se ofrecen a su discípulo: si lo fuese, empezaría ante todo por respetar (por ser neuntral ante) su ignorancia misma, lo cual convertiría la dimisión ensu primer y último acto de magisterio.

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Cada cual es lo que demuestra con su empeño y habilidad que sabe ser, no lo que su cuna -esa cuna biológica, racial familiar, cultural, nacional, de clase social, etc.- le predestina a ser según la jerarquía de oportunidades establecida por otros. En este sentido, el esfuerzo educativo es siempre revelión contra el destino, sublevació contra el fatum: la educación es la antifatalidad, no el acomodo programado a ella... para comerte mejor, según dijo el lobo pedagógicamente disfrazado de abuelita.

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Cita a Emile Durkheim: "Lo que el niño recibe de sus padres son aptitudes muy generales: una determinada fuerza de atención, cierta dosis de perseverancía, un juicio sano, imaginación, etc. Ahora bien, cada una de estas aptitudes puede estar al servicio de toda suerte de fines diferentes"

Es la educación precisamente la encargada de potenciar las disposiciones propias de cada cual, aprovechando a su favor y también a favor de la sociedad la disparidad de los dones heredados.

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